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Existen miles de millones de personas en todo el universo, pero lo más curioso, no es que seamos el planeta que más vida y variedad posee, sino la manera en cómo cada uno de los seres humanos, dentro de nuestras posibilidades, aportamos en gran medida o dañamos sin pena a su desarrollo.
¿Dónde está la diferencia, si la mayor parte poseemos lo mismo, fisiológicamente hablando? Pues, sencillamente, en el contenido con el que alimentamos a la máquina más poderosa que se nos dio al nacer, aquella arma capaz de producir excelsas hazañas o desgracias irreversibles: la mente.
Esta posee un espía, llamado consciente y su secuaz, llamado subconsciente. El primero está encargado de recoger y seleccionar las ideas que circulan en nuestro entorno; el segundo, de guardar y defender a muerte el material que se le ha sido concedido.
Para ser más explícitos, lo que entre por nuestros ojos y oídos día a día, constantemente, será admitido como una verdad que será tatuada, sin importar que eso haya sido productivo o no, sin tomar en cuenta de que esas sustancias sean medicinales o venenosas. Cada uno tiene el poder de elegir.
¿Por qué, según estudios científicos, solo el 5{50d7a81da4c031a808fc99b9c9c5fe08b2bf515f46dbf5e15b946fe2954bd8ba} de la población mundial disfruta en mayor parte las riquezas que nos brinda este medio? Otra vez, de manera simple, se puede aludir este resultado a la mente. Todo ese grupo de personas, que por cierto son minoría, aprendió a utilizarla de manera sapiente.
Por ello, siento una satisfacción única al escribir sobre este tema, porque soy un total creyente de que podemos acceder a aquello que más anhelamos si logramos dominarla e inyectarle una gran dosis diaria de motivación e información selecta, y en consecuencia, a través de las actividades, conseguir resultados óptimos.
Nuestras vidas ascenderán a un nivel superior, nos despertaremos con desbordantes ánimos de superación, nuestros sueños empezarán a situarse más cerca, una potente fuerza interior surgirá y, sobre todo, comprenderemos esta mágica frase: “Si somos capaces de creerlo, somos capaces de crearlo”.
Las áreas que más me apasionan son las Relaciones Públicas, la Comunicación para el desarrollo y el periodismo. Me dedico a este mundo desde el 5to de secundaria cuando participé por primera vez, como corresponsal escolar en La Industria, donde al final del programa fui seleccionado el estudiante más colaborador. Soy practicante de teatro (integro el grupo UPAO) Actualmente pertenezco al equipo de FM 96, la radio de la ciudad, y espero seguir acercándome cada vez más a mis sueños, porque sé que si soy capaz de creerlos, soy capaz de crearlos.