Getting your Trinity Audio player ready...
|
Las relaciones públicas son una rama de las comunicaciones. Sirven para impulsar y reforzar la imagen y reputación institucional o personal. También se utilizan a nivel directivo para proyectar confiabilidad, credibilidad y solidez, a fin de contribuir con la generación de valor de la organización.
Desempeñarse en esta área implica aprender a gestionar soluciones sostenibles en las organizaciones, conocer las tecnologías potenciales que permitirán resolver problemáticas de tipo social o empresarial, entre otros. Para conocer más sobre ello, conversamos con María José Albrecht Delgado, practicante profesional de la Dirección de Prevención y Promoción de la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL) en La Libertad.
Buen día, María José. Coméntanos, ¿cómo se interesó por el campo en el cual actualmente se desempeña?
Desde que estaba en la universidad quería especializarme en comunicación interna, pero al egresar y ver las propuestas laborales, solicitaban aptitudes como redacción, conocimiento en relaciones públicas, acercamiento con los medios de prensa, entre otros afines. Ahí comprendí que ese “mix” del que tanto nos comentaban en clase era cierto; no se trata de solo hacer una función y ya, sino que ese conjunto de saberes y ramas aprendidas hacen interesante nuestra labor, pues podemos hacer más de una cosa a la vez y todas se encuentran orientadas a la comunicación.
¿Cuáles son los aprendizajes que más destaca en su experiencia laboral?
Mi mayor aprendizaje es entorno a las relaciones públicas y la mejora de mi comunicación externa con la ciudadanía, pues mi trabajo involucra un diálogo y mesas de trabajo con sindicatos, autoridades locales, regionales y personas que tal vez no esten dispuestas a entablar una conversación pacífica.
También está el acercamiento con los medios de comunicación, pues necesitamos de ellos para rebotar nuestras notas y difundir el trabajo que se realiza en la institución.
¿Es difícil trabajar en una institución estatal?
No es difícil, pero como todo en la vida, tiene su nivel de complejidad. Las instituciones del estado tienen la particularidad de que se rigen con mayores procesos. Se deben presentar oficios, enviar correos, no puedes actuar de manera individual porque hay lineamientos que seguir; por ese lado resulta más complejo a diferencia de una entidad privada, pero depende mucho del empeño que le pongas.
Desde que ingresé me he equivocado 20 veces y me sigo equivocando en algunas cosas, pero tengo la suerte de estar rodeada de personas que me dan aliento y me ayudan a seguir.
¿Qué consejos le daría a los futuros comunicadores que también desean incursionar en esa área?
Que estén abiertos a aprender de las personas que ya están dentro de la organización y llevan muchos años haciendo esto. No se cierren en la idea de que deben ser sólo una cosa (fotógrafo, audiovisual, diseñador), porque los comunicadores somos de todo: estrategas, analistas, entre otros. Y lo más importante, no tengan miedo, porque luego de que acabas la carrera universitaria recién empieza la carrera de tu vida.