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Callao, junio 6 de 1896, de padres trabajadores clasemedieros, nació Ángela Ramos Relayze, precursora del voto femenino, izquierdista de huesos amarillos y primera reportera en la historia del Perú. “No me arrepiento de todo lo que he hecho. Lo único triste, sí, es lo que no pude hacer. Una nunca está satisfecha con las cosas, pero estoy contenta de mi camino en la vida”, comentó en alguna entrevista la ilustre activista.
Estudió primaria y secundaria, algo extrañísimo para las mujeres de su época, y trabajó desde muy joven en la misma empresa donde laboraba su padre: la naviera inglesa Pacific Steamship Navigation Company. Luego del despido arbitrario de su progenitor y del sobrecargo de actividades sin remuneración del que era víctima, Ángela Ramos escribió una carta al diario El Comercio donde denunciaba la explotación laboral al interior de la compañía.
“Envié una carta al periódico (El sufrimiento de la mujer que trabaja, 1918) y Racso (Óscar Miró Quesada), quien leyó la carta, me invitó a seguir escribiendo, porque según él yo tenía condiciones” explicaba Ángela. En 1919, reemplazó a Abraham Valdelomar como redactora de promocionales de películas, convirtiéndose en la primera reportera peruana de la historia. En años posteriores trabajaría para El Amauta, Variedades, La Prensa, La República y La Noche, entre otros.
“Al principio, escribía de todo. Pero desde que decidí mi vocación preferí ocuparme de la gente de prisión. Como amo tanto la libertad, supongo que el preso es quien más sufre”.
Ángela Ramos
Sobre su trabajo como escritora, Diana Miloslavich, líder feminista peruana, comenta que Ángela plasmó en el periodismo intereses económicos, sociales y políticos, además de cultivarse en la redacción de cuentos y poemas. “Contó con el apoyo de todos los líderes de comunicación con los que trabajó. En relación al voto, me parecen importantes las crónicas que escribió cuando nosotras conseguimos el derecho al sufragio femenino” sentenció Miloslavich.
La virtuosa escritora también se desempeñó como guionista en la obra de teatro Por un marido y en la película El carnaval del amor (1930). “Yo era, por el momento, la comediógrafa de moda. Había escrito una comedia que se dio 50 noches seguidas en el Teatro Colón. Entonces, me dijeron, ¿por qué no haces una película? como quien dice ¿por qué no haces una tortilla? Así de simple. Me imaginé que se podía hacer y acepté. Fue algo incidental. Yo no tenía mucho tiempo para dedicarme a eso” comentaba Ángela Ramos.
Tiempo después, el trabajo de la activista, lejos de los guiones, se abocó de lleno en la militancia, la lucha política y el periodismo. “En el fondo, siempre hice política porque cuando defendí a los presos tuve que referirme al sistema imperante. (Pero, con mayor aplomo) desde que me uní al Partido Comunista Peruano a raíz de la muerte de Mariátegui. Me tocó ser la primera mujer periodista y la primera mujer del partido”, señalaba Ángela con humildad.
El sindicalismo de Ángela Ramos, una “revoltosa” autodeclarada, es injustamente ignorado por el medio contemporáneo y, aún peor, en pleno festejo por el bicentenario. Reconocer la importancia de esta activista adelantada a su época, implica darle voz a todas las mujeres de la historia aplastadas por la supremacía del poderoso hombre blanco. El Yo Comunicador trata así de retribuir desde su espacio a la memoria del periodismo, el guion y al activismo político femenino del Perú.
“Femenina, sí; feminista, no. Porque feminista, en el antiguo sentido, quería decir ser enemiga de los hombres. Y no, pues. Lo más agradable que podría haber dado Dios sobre la tierra son los varones. Yo los considero así, como amigos, amantes, hermanos y bohemios”.
Ángela Ramos
Si deseas conocer más de Ángela Ramos te puede interesar el documental Angelucha (1987) de Francisco Adrianzén.