El mundo digital cada vez toma más protagonismo en la vida diaria, la inmediatez ha acelerado la transmisión de mensajes en diversos canales, de los cuales, muchos de ellos no prevén los impactos que puedan ocasionar. Según un informe elaborado por Kaspersky en el año 2020, sólo el 46% de los encuestados se cuestiona ocasionalmente o simplemente no lo hacen, lo que representa una realidad no muy lejana de este país.
Las noticias falsas, cobraron mayor notoriedad con la llegada de la vacunación al Perú y con ello, los meses previos al proceso electoral. Es importante señalar, que no son solo rumores, sino de lo que representan en contextos de crisis. La desinformación puede llegar de cualquier forma, de la mano de un periodista, miembro de una agrupación política o un candidato con la intención de difundir información que desprestigie a quien consideran como contrincante.

Un caso de gran repercusión, fue el del periodista Beto Ortiz, al difundir publicaciones de redes sociales en las que se ponía en duda el padrón electoral, en el que figuraban personas fallecidas, asegurando fraude. Posteriormente, la periodista Milagros Leiva también lo compartió en sus redes. Sin embargo, el Jurado Nacional de Elecciones, logró pronunciarse afirmando que solo fue un malentendido y dicha información no fue actualizada por un tema netamente de privacidad. Quedando descartado el supuesto fraude.
Para conocer la rigurosidad que debe cumplir el periodista en estas situaciones, Yo Comunicador conversó con Enrique Narváez Chávez, quien labora en Exitosa Noticias Trujillo: “Por ejemplo, si vacan al presidente y hasta el momento no ha existido un pronunciamiento de las fuentes oficiales y confiables, no podemos dar por concluido que la información es cierta. Debemos evitar alimentar las fake news con el boca a boca” afirma el periodista.
Por otro lado, Narváez Chávez, refiere que no solo los periodistas tienen el deber de asegurarse que la información sea verídica, sino también los ciudadanos de a pie, quienes deben interesarse más por la cultura de la investigación. Obtener información de calidad a través de canales oficiales de diversas entidades del Estado o particulares, es y será una de las formas de combatir el pánico y confusión en una sociedad tan cambiante que exige mantenerse actualizada constantemente.