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Si bien no existe estadística alguna al respecto, no es incierto afirmar que existen muchas supuestas verdades alrededor de la Comunicación Audiovisual. “Ver películas no es tan difícil”, “no hay trabajo en audiovisuales” y “¡Ah, quieres ser director!” son algunas de las frases comunes que pululan alrededor del rubro. Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? El Yo Comunicador ha elaborado el listado definitivo sobre los mitos y verdades del campo audiovisual.
¡Lo de la comunicación audiovisual es trabajo para vagos!
Falso. El profesional de audiovisuales necesita una educación holística tanto teórica como práctica. La comprensión de las bases del lenguaje audiovisual, la semiótica de los discursos y los conocimientos técnicos deberán funcionar como un andamiaje perfecto dentro del pensamiento del comunicador audiovisual. ¡Aquello de “profesión de vagos” no podría estar más alejado de la realidad!
Nunca volverás a ver una película con los mismos ojos
Verdadero. Luego de llevar algunos cursos en la universidad relacionados al tema de guion y continuidad, el cerebro de un comunicador audiovisual dejará de ser el mismo. Las primeras fases involucran notar errores básicos en estructura narrativa o saltos de ejes, para después, fijarse en la coherencia del tono, los gastos en producción y el plan de distribución. Todo habrá cambiado para siempre.
¿Qué? ¿Solo puedes ser director?
Falso. Aunque el puesto de director es el más popular dentro del argot audiovisual, el rubro prioriza el trabajo en equipo; por lo que, la presencia de otros cargos es fundamental. Productores, producción, dirección de arte, fotografía, sonido, edición, color y continuidad son, dentro de una larga lista, algunos de los que acompañan al director. Ninguno es menos importante, todos tienen valor en el producto final.
No existe universidad que te haga experto
Verdadero. Al ser cuestionados, importantes directores de la talla de Quentin Tarantino y Alejandro G. Iñárritu comentan que, el hacer películas no se configura en las aulas, sino en la práctica. “Hacer cine, haciendo cine”, explican. Sin embargo, ellos mismos admiten que, tener de base el conocimiento adquirido en la universidad es un excelente punto de partida. ¡A estudiar y practicar!
¡No hay trabajo en eso! Seguro vas a pasar hambre…
Probablemente, la verdad a medias más grande de todas. Lo cierto es que, a pesar de los esfuerzos por parte de la misma comunidad de profesionales, el rubro aún no es formalizado ni por el Estado, ni por las empresas. “Muchos nos ven como freelances, pero en realidad no lo somos. Tenemos jefes y horas que cumplir. ¿A cambio de qué? Dinero que a veces va y viene. Hay trabajo, pero es informal”, explica Rafael Polar, secretario de defensa del Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores Audiovisuales y Cinematográficos del Perú.
Sin importar el lugar donde estudiaste o la forma en que llegaste a enamorarte de la Comunicación Audiovisual, este rubro es bastante completo, sacrificado y apasionante. Si te decantas por él, deberás hacerlo con sumo respeto, entrega, dedicación, creatividad y compromiso, a pesar de la tensión, el estrés o lo que dicen de él, te causará grandes satisfacciones. ¿Qué otro mito se nos olvidó?