Getting your Trinity Audio player ready...
|
Hace cien años, se inauguró el Museo Arqueológico Nacional Brüning en Lambayeque. Su nombre conmemora a Enrique Brüning, un arqueólogo alemán apasionado por el estudio de la cultura peruana. Hasta la fecha, mucho de esa pasión se percibe en sus guías, turistas, exposiciones. Durante una visita, la redacción de este medio pudo reconocerla. Aquí, algunos de sus apuntes:
Primero, las generalidades
El museo se fundó en la casa del propio Enrique Brüning, en 1921. Años después, se trasladó a su actual dirección en la avenida Huamachuco. Se trata de un edificio de cuatro pisos, que iba a ser remodelado este 2021, con ocasión del centenario. La remodelación se pospuso debido a la pandemia.
Al ingresar, el visitante se encuentra con un mural con patrones típicos de Lambayeque, además de la figura de Naylamp (mítico personaje en la historia lambayecana). La boletería ofrece tres tipos de entradas: los adultos pagan ocho soles; los universitarios, tres; los escolares, uno.
¿Olvidaste el carné estudiantil? ¡No te preocupes! Puedes enseñar el campus virtual de tu institución. Es importante que ahorres el dinero restante para lo siguiente que se mencionará…
Un guía al habla
Hay más de mil cuatrocientas piezas arqueológicas de las culturas Lambayeque, Moche, Chavín, Vicús, Inca y otras. No solo ello. Apenas con un pie adentro, el guía explicó la diferencia entre las tres muestras iniciales del lugar: los vestigios pertenecen a nómadas, civilizaciones y culturas. Comenzó relatando la Cupisnique, que data de tres milenios anteriores a Cristo.
Sin el relato, la experiencia resultaría de menor impacto. Cuesta treinta soles por grupo, vale eso y más. Aunque los espacios están bien señalizados, con descripciones e indicaciones sobre lo expuesto, el servicio del guía es esencial. Convierte la información en comunicación. Quien acompañó a esta redactora, habló con la vitalidad que Brüning dedicó a sus investigaciones.
También con sentido del humor. Comparó, por ejemplo, aspectos de culturas preincaicas e incaicas con la contemporánea: las narigueras de oro con los piercings, los aretes de la realeza con las expansiones, la cerámica de monos con el emoji del mismo… El guía hace que el habla lidere la ruta, relacionando pasado y presente. Así, conduce al otro a un nuevo sentido de su identidad.
Propuestas para el 100+1
Pese a los obstáculos de la COVID-19, los cien años del museo no le han sentado nada mal. Acude gran cantidad de personas, entre extranjeros y peruanos. Esta comisión viajó al establecimiento un domingo, que suele ser de descanso. Sin embargo, ¡abundaban adultos y niños, ansiosos de conocer más!
Entre ellos, se oyeron ciertas recomendaciones, que podrían implementarse cuando el diseño conmemorativo se haga realidad. Esto, en el afán de que el Museo Arqueológico Nacional Brüning esté al cien, más uno:
- Artesanía
Tras el recorrido de maravillas, un quiosco de artesanía sería la cereza del pastel. Uno se queda con ganas de preservar –al menos– un poquito de la belleza histórica, representada en un suvenir.
- Podcast
La narración del guía fue tan buena, ¡que se oiría estupenda como podcast! Hay historias que la brevedad del tiempo en presencia no permite contar… entonces, ¿por qué no buscar otras plataformas?