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A propósito del trailer de Nightmare Alley, la más reciente película de Guillermo Del Toro, el Yo Comunicador repasa algunas de las características más reconocibles en el lenguaje cinematográfico del famoso mexicano. Desde Cronos hasta La Forma del Agua, el ganador del premio Oscar a Mejor Director se caracteriza, en palabras de la crítica, por contar historias humanas a través de monstruos. ¡Vamos a ello!
Pero antes, ¿qué tiene que ver esto con las comunicaciones? Según la teoría de la comunicación humana de Watzlawich, Beavin y Jackson es imposible no comunicar y esto incluye, por excelencia, al cine. Para Jesús García Jiménez, importante teórico audiovisual, el lenguaje cinematográfico se refiere a la “facultad o capacidad para contar historias y configurar discursos comunicativos”. Ahora sí, manos a la obra.
Mundos fantásticos y neorealistas
El cine de Guillermo Del Toro, si bien de género fantástico, tiene en su narrativa tintes de drama histórico y social. Influido por la tradición mexicana, el director sostiene que, lo sublime y lo horrible están a un segundo de diferencia, por lo que, sus relatos, plagados de elementos maravillosos, se ubican en momentos específicos de la historia. “Para ser universal, hay que ser particulares”, comenta.
Dirigir en favor del ritmo de la historia
Para Alfonso Cuarón, cineasta amigo del director, su estilo se asemeja a una bella coreografía entre cámara y actores. En tal sentido, Del Toro explica que, en escenas complicadas prefiere mantener el plano y evitar la fragmentación; mientras, si la acción acelera, el corte es la mejor opción. “Introduzco a los actores en la historia a través del set y, entonces, me es más fácil determinar la puesta en escena”, explica.
Texturas y colores
“Solo me considero dictador en dos aspectos: la paleta de colores y las texturas que vendrán de cada elemento al interior del plano”, afirma tajante ‘El Guille’; por lo que, si alguien le hace alguna sugerencia con respecto a lo anterior, lo despide. Al igual que Iñárritu, otro importante director mexicano amigo suyo, Del Toro defiende la postura de “No se trata de mis caprichos; sino, de las necesidades de la propia película”.
La película final desde el storyboard
Del análisis de la obra de Alfred Hitchcock, uno de sus directores favoritos, Del Toro aprendió la meticulosidad desde la pre hasta la postproducción. Al igual que el maestro británico, el mexicano no se arriesga a filmar nada que no haya sido boceateado por él en primer lugar. Además de sus famosos storyboards, Guillermo carga consigo libretas con anotaciones sobre sus personajes e historias.
Los monstruos más humanos
Desde niño, explica ‘El Guille’, estuvo atraído por la película Frankenstein de James Whale, los cómics de monstruos y las caricaturas japonesas como Godzilla y Astroboy. Para él, estas criaturas no eran abominables; sino, seres incomprendidos quienes, luego de salir de sus escondites, causaban el rechazo de las personas. Los verdaderos monstruos dentro de la filmografía de Del Toro son los humanos.
“De pequeño tenía sueños lúcidos. Abría los ojos, pero seguía soñando. Miraba a mi alrededor y había cosas animadas en las estanterías y debajo de mi cama. A los monstruos les pedía que, por favor, me dejaran ir al baño. Mi psicoanalista me dijo posteriormente que eso me creó una especie de síndrome de Estocolmo”
Guillermo del Toro.