Una vez más, Adam Sandler demuestra que es un excelente actor dramático. Todas las películas de Netflix en las que ha participado han tenido un tinte más o menos cómico, he incluso, han pasado desapercibidas, por lo que verlo en un drama deportivo ha sido una grata sorpresa.
“Garra”, dirigida por Jeremiah Zagar, narra la historia de Stanley Sugerman (Sandler), un cazatalentos que pasa por un momento complicado que, en un viaje por España, descubre a Bo Cruz (Juancho Hernangómez), un joven jugador alto y talento, que se convierte en la estrella que Stanley está buscando. Como muchas veces pasa, lo que era una apuesta segura se convierte en un reto y tendrán que hacer lo imposible para que esta apuesta personal no acabe siendo el final de su carrera.
Muchas veces las películas deportivas suelen caer en comunes estereotipos, funcionan muy igual entre ellas y esta cinta no cae en eso. Tiene la adrenalina, el despliegue técnico y los montajes, pero no tiene los grandes partidos entre equipos, ya que no busca triunfar en un gran torneo, sino triunfar y ganar su lugar en el mundo del baloncesto.
A pesar de ser una cinta deportiva, los comunicadores podemos aprender algo de ella, ya que muestran lo útil que llegan a ser las redes sociales para tener un mayor alcance con un público objetivo. En un momento de dificultad por un problema del pasado, los protagonistas, para crear interés en Bo, crean un reto en una cancha callejera para producir un video viral con el hashtag #BoChallenge.
El video es un éxito. El público comparte el contenido e incluso distintas estrellas del baloncesto llegan a hablar del desconocido jugador. Las redes permitieron que un simple video llegara a muchas personas, a muchos medios tradicionales y digitales de muchos países a los que quizá, en un inicio, no se apuntaba.
Las redes sociales seguirán siendo la mejor herramienta para transmitir quiénes somos y que ofrecemos al público que nos interesa, y esta cinta usa muy bien ese recurso. Ésta no es la mejor película de la historia, pero es un drama entretenido, digerible y, sobretodo, muy sincero. No hace falta ser fan del básquet para disfrutarla, pero si lo eres la vas a pasar bien. Una cinta que vale la pena ver.