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La aparición de las redes sociales trajo consigo una gran necesidad de dar la primicia de cualquier noticia o información que aparezca en ellas. Sin embargo, esto también exige en nosotros, los profesionales, una muy necesaria contrastación y verificación de las informaciones o datos que son difundidos y publicados en estas plataformas para evitar la desinformación que, en estos tiempos, ha inundado el internet, situación en la que el fact-checking ayuda bastante en esta lucha.
En estos tiempos, el fact-checking surge como un gran aliado contra la desinformación y la “posverdad”. El fact-checking o “comprobación de los hechos” es la metodología de los periodistas para estudiar y alertar sobre los fake news o “noticias falsas” que se generan en las redes sociales, es decir, buscar la verdad entre tanta información que se mezcla en medio de las mentiras y posverdades, estos dos últimos forman parte de la “infodemia” que, en estos tiempos de pandemia, generan mucha confusión entre los usuarios.
“Todo tipo de información es necesaria verificarla, porque genera un impacto en la sociedad, así sea de baja o grande magnitud, además de evitar masificar la falsa información” señala Gabriel Durand, director del portal web “Con Memoria”.
La rapidez con que la información circula en las plataformas digitales y la inmediatez con la que se requiere publicarla, muchas veces, exige un doble trabajo por parte de los profesionales del Periodismo, quienes tienen que estar pendientes de lo que se publica en ellas y, a su vez, verificar y contrastar dichas publicaciones, para promover la transparencia periodística.
La “posverdad” según el Diccionario Oxford “está relacionada con las circunstancias que las personas responden más a sentimientos y creencias que otros”. Esto se puede corroborar cuando el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se refería al coronavirus como un “simple resfriado”, del mismo modo, Donald Trump, expresidente de Estados Unidos recomendaba “inyectar líquidos desinfectantes” para curar a los pacientes de covid-19.
Para Gabriel Durand, los usuarios que crean informaciones falsas buscan un objetivo de dañar, generar sensacionalismo o, simplemente, llamar la atención por parte de la audiencia y los que comparten este tipo de informaciones caen en facilismo, sin pasarlas por un filtro, no consideran los daños colaterales que pueda ocasionar estas acciones.
Las razones por las que los usuarios comparten informaciones falsas son varias, pero según Mirko Campaña Boyer, periodista y comunicador social de la Oficina de Comunicaciones de la Autoridad de la Reconstrucción con Cambios en La Libertad, el desconocimiento de los hechos o diversas realidades son las razones que más resaltan, quienes reciben a diario mucha información tendenciosa para generar confusión, manipulación, engaño, entre otros.
Por otra parte, Alan Duke, editor de Lead Stories, un sitio web de verificación de datos al hablar sobre la desinformación afirma: “El meme quizá es la estrategia más peligrosa. Con siete o 20 palabras, alguien puede decir algo que no es cierto y la gente lo creerá y compartirá. Toma dos minutos crearlo”.
Para todos nosotros el aumento voraz de noticias falsas es una mala noticia, puesto que, los usuarios buscan desesperadamente información respecto al coronavirus, por ejemplo, recomendaciones para evitar contagiarse o las medidas restrictivas dictaminadas por el gobierno actual, situaciones que de encontrar fake news sobre esto, puede generar problemas en la sociedad en adelante.
“La principal responsabilidad de los medios de comunicación es estar preparados para informar sin caer en el error de difundir noticias falsas, de no hacerlo dicho medio irá perdiendo su credibilidad o prestigio” afirma Campaña Boyer.
Actualmente, la desinformación crece de una manera alarmante en todas las plataformas digitales, lo que ha conllevado a redoblar esfuerzos por parte de los profesionales del Periodismo a no concentrarse en los anuncios políticos sino también en las publicaciones de las redes sociales. En el Perú tenemos buenos ejemplos como Ojo Público, Convoca, IDL, Wayka, entre otros.
Para evitar difundir las informaciones falsas es necesario adherir a nuestra vida diaria una serie de buenas prácticas para luchar contra las noticias falsas, tales como: tomar por cierta solo informaciones de cuentas oficiales, contrastar la información a través de buscadores por internet, consultar portales web periodísticos con credibilidad, rechazar webs o cuentas anónimas o con poco movimiento y, por último, y no menos importante, evitar compartir información que te genere dudas.
Por último, esta lamentable situación que nos encontramos envueltos debido a la desinformación obliga a los periodistas a reforzar su formación deontológica y, a la vez, volver a sus orígenes el de buscar siempre la verdad, actuar con rigor periodístico, dejar de lado el sentimentalismo y apasionamientos y, sobre todo, poner siempre por delante la inteligencia sobre todo lo demás. Esto es el real fact-checking.
Escrito por: Ángel Caballero