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El 4 de noviembre se estrenó vía Netflix el tercer largometraje de Alonso Ruizpalacios, Una Película de Policías. El mexicano, que viene de recorrer distintos festivales con su última película, vuelve a empatar crítica y audiencia, ahora, con un audiovisual híbrido rico en guion, dirección, producción, fotografía y actuación. Su más reciente obra nos sitúa al interior del espectro policial y cuestiona las construcciones sociales alrededor del mito: ¿Qué significa ser ´tombo´?
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Hablar del cine mexicano y sus nuevos exponentes, más allá de los famosos ´Tres amigos´, remite, por obligación, a Ruizpalacios. Nacido en 1978 en la CDMX, el realizador estudió dirección y actuación en Ludwik Margules para, después, inscribirse en la Real Academia de Arte Dramático en Londres. En 2008 y 2010 dirigió dos cortos, ambos ganadores del premio Ariel a mejor cortometraje de ficción y en 2014 estrenó su ópera prima Güeros.
Hasta que te conocí
Güeros, ambientada en el marco de la huelga estudiantil de la UNAM, narra la travesía de tres jóvenes por toda la CDMX en búsqueda de un viejo músico de rock. La película costó 690 mil dólares; contó con las actuaciones de Tenoch Huerta, Sebastián Aguirre e Ilse Salas; y se posicionó en el número 29 de las 100 mejores películas del cine mexicano, según Sector Cine. Aunque no le fue bien en taquilla, con el paso de los años se convirtió en un obra de culto, respetada y admirada.
La película, narrada a blanco y negro, y en 4:3, significó el inicio de Ruizpalacios como un realizador arriesgado: rompiendo la cuarta pared a mitad de la película, priorizando el lenguaje por sobre la historia y adueñándose del relato según su conveniencia. La road movie y la banda sonora que agrupaba desde Juan Gabriel hasta Natalia Lafourcade, terminó por cuajar un producto tan rebelde y atípico como sus mismos protagonistas.
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Una Película de ´Tombos´
Son varias las realidades latinoamericanas que superan los límites fronterizos y encierran a varias culturas dentro de una misma línea de pensamiento: los agentes de la paz, carabineros, gendarmes o tombos, integran una de ellas. Apenas hace un año, sin ir muy lejos, Perú sufrió de un colapso sistemático en sus instituciones públicas que produjo la salida a las calles de miles de personas. En tal sentido, 2 jóvenes, Inti Sotelo y Bryan Pintado, murieron a manos del enfrentamiento con la policía.
A pesar de los miles de kilómetros que distancian a México de Perú, Una Película de Policías habla, en principio, de los problemas de corrupción al interior del órgano estatal, a la vez que de sus ramificaciones hacia el exterior. Se trata de una realidad transversal. El filme explora, a través de la dramatización, recreación, entrevista y narración, la responsabilidad de los agentes del orden, los peligros que sortean y la violencia de sus caminares. Ojo, a primer vistazo…
A mitad de la película, el documental hace un giro de tuerca fiel al estilo de Ruizpalacios y se nos presenta un segundo discurso, ahora, una crítica en tercera persona, íntima y artística. ¡El director hablando a través de sus actores! Una Película de Policías sorprende en cuanto piensas haberlo visto todo, aún cuando crees conocer la técnica del realizador. Es ahí cuando se luce. Nunca el estilo del director y su lenguaje estuvo más a ritmo con los códigos de la historia que narró.
Una Película de Policías es responsable con sus discursos, honesta en su forma de narrar, exigente con su lenguaje e íntima por cuánto devela a su audiencia. Se aleja a años luz del concepto bueno o malo y opta por un meta-viaje hacia los convencionalismos del ser policía, del documental y del realizador per-sé. Un oasis placentero dentro de los límites de la no-ficción y viaje indescifrable a través del relato convencional.