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El periodismo cultural fue uno de los más afectados tras las medidas de aislamiento. En la agenda mediática, de hecho, quedó más relegado de lo que ya estaba. “Siempre se ha sentido que la cultura es el sector menos importante a tratar en los medios. Se le fusiona con entretenimiento y farándula”, dijo el periodista Luis Santa Cruz a la iJnet (Red Internacional de Periodistas). En ese contexto, ¿cómo abordarlo en pandemia?
Cambios en el panorama
Antes de abordar lo propositivo, hay que evaluar el panorama. Según el libro digital Periodismo cultural en los tiempos de la pandemia de la Fundación Gabo, algunos de los cambios a tener en cuenta son:
La vida digital
La vida ha cambiado de escenario; la cultura, también. El periodismo debe entender el encierro para describir las manifestaciones culturales que lo atraviesan. La perspectiva es más bidimensional que nunca: a escala de la pantalla, se analizan espectáculos y proyectos creativos.
Los movimientos sociales
Las políticas de extrema derecha y el abuso de policías son temas que la producción cultural ha abordado en 2020 con frecuencia. En Lima, por ejemplo, se estrenará este fin de semana la obra de teatro 48 horas para encontrarte, inspirada en la lucha contra las desapariciones forzadas. ¿Cómo debe contarlo el periodismo? Lo primordial es siempre abrir el debate, a todas las perspectivas.
Historias como remedio
La credibilidad periodística se basa en buenas historias. La redacción debería ser empática, ágil, sensible con el tiempo y espacio en que las audiencias viven.
Transformación en medios
La narrativa transmedia presenta alternativas para la exhibición de productos culturales. Desde conciertos virtuales hasta ferias de artesanía, el periodismo tiene que aprender a reportar esta mutación de canales y soportes.
Nuevas ideas y estructuras
En la pandemia de la COVID-19, el periodismo cultural es importante (…) Nos ofrece la oportunidad de dar explicaciones.
Gustavo Mendoza, periodista cultural.
Desde la pandemia, las iniciativas culturales se han multiplicado y diversificado. Pese a ello, el crítico cultural Jorge Carrión considera que «no existe todavía una crítica sistemática de narrativas sonoras ni de otros lenguajes». En un artículo de opinión para The New York Times, Carrión sugiere abrir el espectro de lo que se considera «cultura», para relatar sobre nuevos proyectos, menos típicos de las secciones de culturas o instituciones. “La cultura no está quieta. No para de descolocarnos y sorprendernos”.
En la misma línea, el libro digital de la Fundación Gabo plantea consejos sobre estructuras para narrar actividades culturales:
El para qué
Al escribir, fijar una dirección y un para qué de lo narrado. Se asemeja a lanzar una flecha: trazar la trayectoria para no distraerse del objetivo, ni distraer al lector. Eso sí, con flexibilidad. La estructura no es una camisa de fuerza.
Hilar la experiencia
La redacción SEO recomienda el uso de conectores. El periodismo cultural, el de hilos. El lector debe sentirse parte de la atmósfera: percibir las transiciones como un hilo que conecta párrafos, con finura y artesanía (no pomposidad).
No te frenes por el espacio
Si el evento merece un lugar diferente, ¡a aventurarse! Artículos periodísticos, ensayos, novelas cortas, cortometrajes… el espacio dependerá de la esencia de la escritura. Con las audiencias en sus hogares, cabe cuestionarse: ¿cuál es el hogar de mis ideas?